Un sacristán muere en circunstancias misteriosas. En su albacea que ha legado a su sobrino hay, entre otras cosas, unos extraños rollos de empapelar que están llenos de anotaciones realizadas por el sacristán. Resulta que estas notas tratan de cuestiones teológicas divergentes, pero lo notable es que un número significativo de estas – inusualmente – están escritas con un espíritu de jolgorio.